Las patatas son posiblemente el mejor acompañamiento para cualquier receta. Se puede preparar de diferentes maneras: fritas, hervidas, al microondas, salteadas y al horno.
Además de ser considerado una gran fuente de carbohidratos y potasio, es un alimento de lo más saciante. Por ello, te presento una forma sana y diferente de preparar este acompañamiento de los miles que existen.
Si sigues estos seis pasos, verás lo crujiente que te quedarán. En tan solo 30 minutos tienes listo esta maravilla. 🙂
Ingredientes:
Patatas (cantidades al gusto).
Aceite.
Pimentón.
Tomillo.
Ajo en Polvo.
Cebollino Fresco.
Elaboración
1. Precalienta el horno a 200º, con calor arriba y abajo
2. Lava muy bien las patatas y sin quitarle la piel córtalas en trozos irregulares.
3. En un bowl introdúcelas e imprégnalas con los aderezos que más te gusten. En mi caso le han quedado genial el pimentón, cebolla en polvo, un chorro de aceite, sal y tomillo.
4. En una bandeja metálica cubierta con un papel de cocina pondremos las patatas. Y las introduciremos a una altura media a 190º durante 30 minutos.
5. Cuando veas que han cogido un color dorado y crujiente las sacaremos y las dejaremos reposar hasta que se hayan atemperado.
6. Finalmente, en un plato las decoraremos con cebollino picado. Te aseguro que le dará un toque especial en comparación con unas patatas al horno clásicas.
Recomendación.
No te olvides de bajar la temperatura a 190º, sino se te puede llegar a bajar.
Las cantidades dependerá de tu gusto.
Trata de cortar las patatas irregulares, pero de tamaños similares, así se cocinarán todas de manera uniforme.
¡Si añades romero también quedan genial!
Puedes prepararlas antes de consumir y preservarlas dentro del horno apagado. Cubriéndolas con papel de plata para que no se lleguen a secar.
SALUDOS 🙂